El diario más leído en Argentina, se encargó de ridiculizar en los últimos meses al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), mediante su exuberante poder medático. La dueña del monopolio, y todo lo que esto implica, definitivamente se encuentra opuesta a las propuestas que se exponen en el mandato de la presidenta actual. Para comprender mejor sus ideologías, debemos, sin embargo, dar un paseo sobre su historia, sobre sus expedientes y archivos, de los cuales la prensa jamás se hará cargo, ya que la libertad mediática del país está significativamente envuelta en sombras controladas bajo una sola mano. Es por esto, que desde este pequeño espacio, decidimos tomar conciencia, y hacer correr la información correspondente a tener en cuenta cuando se lee un artículo de dicho diario.
La empresaria mencionada, es responsable de represiones en la puerta de su propio diario, se opone a los sindicatos en su ámbito laboral, pero no es responsable de haber comunicado al pueblo las atrocidades que se produjeron contra nuestro propio país durante épocas como la presidencia de Menem, o mismo la última dictadura. Pero su delito más grave se encuentra relacionado al período anteriormente mencionado. Nuestra protagonista fue acusada de adoptar niños desaparecidos durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, y por esta misma causa, con motivos de no colaborar en absoluto con la investigación (no permitió que la sangre de sus hijos fuera analizada para corroborar que su inocencia era verdadera) fue enviada a la carcel. Lamentablemente, tal es el poder de esta figura, que el juez a cargo de la investigación, fue destituído de su empleo y ella fue liberada.
A saber si le interesa trabajar en la empresa: 117 trabajadores del diario, se quedaron sin empleo en el año 2000 cuando fueron reprimidos sin que nadie, ni sus propios compañeros de trabajadores que luego se atreven a autodenominarse periodistas independientes, los defendiera; por lo tanto, la democracia queda definitivamente de lado en el ámbito laboral. Las horas extras tampoco son reconocidas, y por ende, tampoco son pagas; esto quiere decir, que las horas extras, serían cumplidas como un trabajador en negro (¿Qué diría "Don Carlo", de la propaganda de AFIP?). Las leyes tampoco se cumplen, ya que muchísimos periodistas gráficos fueron desplazados de su puesto cuando intentaron hacer respetar por la Ley de Derecho de Autor, impulsada por el fundador del medio informativo. Por lo tanto, las ganas de obtener un mínimo reconocimiento, definitivamente deben quedar en casa si es un empleado de la señora.
Las ganancias que dejan su nombre estiman 1500 millones de dólares. Demos gracias entonces a todos los gobiernos que la beneficiaron y le otorgaron más poder del que esta mujer merece. Lamentémonos por la censura a la que estamos expuestos por elecciones que son ajenas a nosotros. Pero por nada, nada del mundo, nos resignemos a que esta mujer nos gobierne indirectamente de tal manera. Tomemos conciencia de QUÉ ES lo que está pasando, mediáticamente, en nuestro país.
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